Para que los tejidos se mantengan unidos, los hilos tienen que sostenerse a sí mismos, cumplir con su trabajo individual de no romperse con la tensión.
Gracias a la industrialización, muchos procesos son liderados por máquinas. Pero, las manos invisibles que tocan nuestras prendas a través de manejo de maquinaria y controles de calidad, son cruciales. Solo imaginate, si todas las personas que trabajan como estos enlaces dentro del sistema desaparecieran, ¿como nos veríamos afectados? Alguien tiene que hacer ese trabajo.
La palabra trabajo significa literalmente: “Esfuerzo aplicado”. Estamos en muchas ocasiones dispuestos a pagar tanto dinero por obras de arte pero no por el arduo trabajo de personas en la industria de la moda ¿Cuál es la diferencia entre su trabajo y una obra de arte?
La definición de una “obra de arte” es: “Cosa perdurable que resulta de la aplicación del trabajo o del conocimiento humano a un material o a un conjunto de ideas.” Según esto, el trabajo de las personas que mueven los engranajes del sistema son en algún nivel, obras de arte. Tal vez no requieran un nivel tan alto de técnica o destreza, pero al fin y al cabo termina siendo un objeto que resulta de su trabajo y conocimiento humano.
El arte es trabajo, trabajo que toma tiempo, tiempo que conforma vida. Sin el tiempo que estas personas invierten en recoger cultivos, hilar, tejer, confeccionar y transportar nuestras prendas no podríamos vestirnos con nada.
Si viéramos todas las prendas que usamos como obras de arte, ¿cómo las trataríamos? Hacer preguntas como ¿Quién hizo mi ropa? Y ¿Quién hizo mi tela? Es una forma de aplicar este punto de vista. Podemos apreciar que nuestras prendas existen gracias a cada hilo individual que es utilizado en su cadena de suministro.