Imagínate en una tienda buscando un nuevo outfit para ese evento importante que tienes. Después de estar buscando arduamente, finalmente encuentras algo ¡Qué bien! Algo Bueno Bonito y Barato son siempre buenas noticias. ¿Verdad?
El BBB se utiliza cuando algo se consigue por un precio muy bajo y es de buena calidad y de valor alto.
¿El problema? Una etiqueta no siempre trae incluido el precio del impacto externo que tienen las prendas sobre nuestros recursos y sociedades. El valor que recibimos al comprar algo BBB puede ser alto, pero si nosotros no pagamos el equivalente al verdadero valor ¿entonces quién lo paga?
La ilusión de que algo es barato se desbarata cuando entendemos que alguien y algo más está pagando el precio. Es tiempo de migrar nuestra perspectiva desde una posición de indiferencia a una de responsabilidad.
¿Qué consideramos como BBB realmente? ¿Es bueno para el ambiente y la sociedad, o solo es bueno para mí? ¿Es bonito para ser utilizado y aprovechado muchas veces, o solo es una tendencia pasajera que será utilizada una vez para ser desechada rápidamente? ¿Es barato porque costó muy poco hacerlo o porque no le pagaron bien al que lo hizo?
Hacernos estas preguntas siempre que compramos algo no es conveniente y vuelve el proceso de compra más alargado. Pero el problema puede ser la solución. Tal vez lo que necesitamos es bajar la velocidad de nuestra toma de decisiones para que podamos pensar con claridad. Tal vez lo que necesitamos son más preguntas que fomenten la transparencia entre las empresas que venden y las personas que usan.
Movilizamos los sistemas que nos rodean a través de decisiones, estas decisiones están respaldadas por perspectivas. Si redefinimos lo que entendemos como “valor” a algo que trasciende las etiquetas, nos encontraremos viendo los objetos que nos rodean con ojos diferentes: ojos de posibilidad, de cuidado, de potencial y aprovechamiento.
Pensar de esta manera nos pondrá a prueba en cada punto de venta que encontremos, que hoy en día están en todos lados (lo cargamos en nuestros teléfonos todo el tiempo). Pero es un proceso de desaprendizaje tanto individual como colectivo, no estamos solos en ese camino, en la unidad podemos encontrar energías para seguir.